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¿Cómo Afecta a Nuestra Salud el Consumo de Sal?

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La sal, en cualquiera de sus formas, siempre debe ser consumida con moderación

Durante más de medio siglo ha existido una fuerte controversia en torno a la sal. La comunidad médica en general afirma que el consumo excesivo de ésta conduce a la hipertensión arterial e incrementa el riesgo de padecer enfermedades del corazón. Muchos estudios pueden confirmar estas afirmaciones, sin embargo, la gran mayoría de estas investigaciones fueron hechas en torno a la sal refinada, pero no tuvieron en cuenta la sal marina o la sal sin procesar.

La sal es un mineral compuesto principalmente por cloruro de sodio, dos elementos que combinados crean algo único y esencial para el cuerpo. De hecho, científicamente hablando, la sal juega un papel fundamental en la salud humana:


  • La sal controla la cantidad de agua del cuerpo y mantiene el equilibrio entre las células y los fluidos corporales.
  • En conjunción con el agua, ayuda a controlar la presión sanguínea.
  • Juega un papel esencial en la relajación y contracción de los músculos y en la prevención de calambres musculares.
  • Es responsable de mantener el equilibrio ácido – alcalino dentro del cuerpo.
  • Ayuda a transmitir los impulsos nerviosos.
  • Es un ingrediente vital en el plasma de la sangre y de las secreciones digestivas, como el ácido clorhídrico.
  • Ayuda a balancear los niveles de azúcar en la sangre.
  • Ayuda a mantener la estructura de los huesos firme. El 22% de la sal del cuerpo se encuentra en los huesos.
¿A Qué Se Debe la Mala Reputación de la Sal?

El problema de la sal no es la sal en si misma, sino lo que se le hace a ella. La sal se obtiene principalmente de dos fuentes: las minas de sal y la sal del océano y de los lagos salados.

La sal de las minas está compuesta en un 98% por cloruro de sodio y el 2% restante lo componen diferentes minerales como hierro, calcio y cantidades pequeñas de aluminio y estroncio. La sal de mesa, o sea la refinada, suele provenir de esta fuente.

La razón por la que la sal ha adquirido una mala reputación se debe a que los fabricantes, con el fin de volver la sal más blanca, seca y fina, le quitan todos los minerales y nutrientes a la sal de roca y en su lugar le añaden algunos ingredientes perjudiciales a ésta. El sodio que se encuentra en la sal refinada permanece mucho más tiempo del necesario en el organismo, causando serios problemas en las articulaciones y en los riñones.


Entre los aditivos perjudiciales que se le añaden a la sal refinada o sal de mesa se encuentran:


  • Productos químicos antiglutinantes, algunos de los cuales son a base de aluminio. Varios estudios científicos han vinculado el aluminio con la toxicidad por metales pesados y con la enfermedad de Alzheimer.
  • La dextrosa se le agrega a la sal yodada para estabilizar el yodo y evitar que la sal se vuelva púrpura.
  • El silico aluminato de sodio se ha asociado con problemas renales y la mala absorción de minerales.
  • El acetato de sodio, que se asocia con la hipertensión, los trastornos renales y la retención de líquidos.
Por el contrario, la sal de mar es natural y sin procesar. Este tipo de sal está compuesta en un 85% de cloruro de sodio, además de minerales importantes como el calcio, el magnesio y el potasio.

¿Cómo Mantenerse Saludable?

Algunas personas son más sensibles a los efectos del sodio que otras. Aquellos que son más sensibles retienen sodio más fácilmente dando lugar a la hipertensión arterial y a la retención de líquidos. Para este tipo de personas, lo ideal es restringir la ingesta de sodio de la siguiente forma:

  • Evitar el consumo de comida procesada.
  • Evitar el uso de sal refinada o sal de mesa.
  • En la cocina utilizar sal de mar de alta calidad. Es importante asegurarse de que la sal provenga de una buena fuente ya que la sal marina puede contener mercurio y otros metales pesados tóxicos.

El consumo excesivo de sal produce sed y da como resultado la retención de líquidos. Una forma natural para equilibrar el exceso de sal y remover el líquido acumulado consiste en la ingesta de bebidas con propiedades diuréticas. Estas bebidas estimulan el paso de la orina y con ella, el exceso de sal en el organismo. Entre las bebidas con propiedades diuréticas más recomendables están el té verde, el té de hoja de diente de león y el jugo de zanahoria.

En conclusión, la clave para mantenerse siempre saludable está en evitar cualquier cosa refinada y procesada, incluyendo la sal de mesa. Mantenga una dieta lo más natural posible y beba por lo menos 2 litros de agua mineral al día.

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