Salud Con Vida

¿Qué es el insomnio?

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Se habla mucho de él y, según los sondeos el 15% de los adultos se quejan durante toda su vida de dormir mal y el 30% de no poder dormir en absoluto. Se trata, pues de una problema universal. Afecta a todas las edades y a todos los niveles socioeconómicos.

Pero habría que ponerse de acuerdo sobre lo que llamamos insomnio. Dormir poco no es tener insomnio, pues no hay una duración estándar del dormir, pues la necesidad de dormir disminuye con la edad y que el sueño corto no es necesariamente insuficiente.

De hecho, el insomnio es un síntoma subjetivo, con frecuencia mal apreciado por el paciente que sobreestima la duración o juzga erróneamente la profundidad de su sueño. Son legión los que sufren insomnio falsamente: son los ansiosos que dicen no haber pegado ojo en toda la noche, un simple cambio de condiciones habituales de la velada, una cena demasiado abundante, la perspectiva de un examen, el vencimiento de una tarea importante, la absorción de un medicamento y tantas otras causas fisiológicas, psicológicas o medicamentos que pueden ser suficientes para provocar el insomnio en una persona normal. No persiste después de la desaparición de estos factores desencadenantes, pues no hay por qué preocuparse.

Cuando un enfermo va al médico, es a éste al que corresponde saber si detrás de este síntoma se esconde una enfermedad. De hecho, ciertas enfermedades pueden dar origen a trastornos crónicos de sueño y su signo revelador puede ser un insomnio.

Este es el caso, muy frecuente hoy en día, aquellas personas melancólicas, deprimidos, ansiosos. Cuando el médico sospecha, a través del interrogatorio de su paciente, una depresión, lo primero que debe establecer es si duerme bien o mal y que tipo de insomnio es el suyo: si se despierta muy temprano, cansado, si en su comportamiento matutino presenta variaciones, si se siente mejor por la noche que al levantarse.

Así, pues, el interrogatorio tiene una importancia extrema para conocer el tipo de insomnio, el insomnio de adormecimiento, el de los ansiosos, que no consiguen aligerar su vigilancia excesiva, de hecho no es el mismo que el del deprimido, que tiene insomnio por la mañana. Así pues, el médico debe establecer si es te insomnio viene acompañado eventualmente de una somnolencia diurna o si obedece a una cierta periodicidad. Debe informarse de los medios que el enfermo emplea habitualmente para remediarla, si utiliza algún químico o en tal caso, té, café, sin que lo sea el médico. En ese caso la persona tratada debe de evitar cualquier estimulante.

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