“Un buen beso funciona como una droga pueden provocar efectivamente una auténtica descarga de neurotransmisores y hormonas”, certifica la bióloga. “El resultado es un ‘subidón’ natural en las dos personas, estimulando los centros de placer del cerebro”.
La piel se eriza, la respiración se contiene, torrentes de dopamina “la hormona del placer” – inundan el sistema circulatorio, las pupilas se dilatan, comienza a escasear el cortisol – que regula los grados de estrés y el pensamiento racional se reduce…
En verdad, nadie está muy atento a todo esto, pero durante un beso ocurre un verdadero cataclismo químico en el cuerpo humano. En el cerebro se activan las mismas y específicas áreas que intervienen ante el consumo de drogas altamente adictivas, como la cocaína. El fenómeno se determinó en el año 2005 gracias a un trabajo de científicos de la Universidad de Rutgers (en Estados Unidos) para el estado de enamoramiento.
En los primeros lances de una relación, la dopamina nos hace recordar las experiencias placenteras y hace sentirnos frecuentemente en las nubes. Como ocurre con muchas drogas, hay gente que se puede hacer dependiente de ese “subidón” natural.
Curiosamente, en un estudio rubricado por el psicólogo John Bohannon, el 90% de los encuestados afirmó recordar los detalles de su primer beso romántico. El primer beso, sostiene Bohannon, deja una huella más indeleble que la primera vez que se hace el amor”.
Así que de eso se trata!. En conclusion los besos causan el mismo efecto que una droga y son adictivos, yo ya lo sabia pero quería mostrarles el lado científico.
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